Aquí sigo con mi periplo en esto de poner el blog algo más decente, aunque la cosa no van tan rápido como me gustaría. No porque sea más complicado de lo que pensaba, sino porque la falta de tiempo en mi rutina diaria me limita un poco el poder dedicar más atención a este tema, pero bueno, te cuento mis avances.
Ya me decidí por la empresa a quien comprarle el dominio y el alojamiento. Ha sido Webempresa, sí, esa que en principio pensé que constaba cerca de los trescientos euros anuales. No pienses que me volví loca y me gasté ese dinero, porque resultó que desde unos cinco euros al mes te dan lo que necesitas. Me decidí por ellos por su buena reputación, por ser una empresa de aquí con asistencia 24 horas, cosa importante si necesito que me echen una mano en cualquier momento porque estas manitas hayan hecho alguna de las suyas. Además, aproveché una oferta que ví en el blog de Ciudadano 2.0 del 30% de descuento. Sinceramente, fue ver este descuento y terminar de decidirme. Una vez hecha la operación con ellos, tenia que cederles unos datos para que hicieran la migración, es decir, para que todo lo que lees y has leído en este blog, pudieras hacerlo en el nuevo, pero este paso aún está en espera porque me surgió otra duda: ¿cómo quería mi nuevo blog? Más o menos sabía que estética básica quería conseguir, pero para ello debía elegir plantilla nueva (lo que hace que veas el fondo de un color determinado, en los laterales ciertas opciones, etc…) y lo que parecía que iba a ser fácil ¡no lo ha sido tanto!. Me he dado cuenta que cuando abrí este blog, debí escoger una de las plantillas más sosas que hay. La escogí porque no tenía ni idea y era sencilla, así que no le dí muchas vueltas. Pero ahora, que tampoco es que tenga mucha más idea, sí que hay cosas que tengo claro que las quiero de manera diferente, así que la elección de la plantilla adecuada me costó más de lo que pensé en un primer momento. Como decía Mamirrachadas en un buen consejo tuitero, una mala elección puede ser nefasta, así que mejor tomarse su tiempo. Me tomé el mío y ya está, plantilla elegida.
¿Siguiente paso? Los plugins. Si estás preguntándote si un plugin es un Pokémon o un nuevo formato de disco para escuchar música, te diré que no. Los plugins son unos códigos o aplicaciones que se instalan para personalizar la página web. Son los recursos que te facilitan el insertar un formulario de contacto, el acceso a las redes sociales, el poder compartir la entrada que has leído… En esta versión gratuita de WordPress no tienes la opción de incluirlos, pero en la versión que usas una vez que tienes un alojamiento propio para tu blog, no es que tengas la opción, sino que tienes la necesidad de instalarlos para casi todas las acciones que quieras que tus lectores realicen en el blog. Son los muebles de la casa nueva que acabas de comprar, y como todo mueble, tienes que buscarlos, comprarlos (miles de ellos son gratuitos y puedes descargarlos sin coste) y ver cómo van quedando en la decoración de tu hogar. Así que todo esto, también lleva tiempo, tiempo que últimamente no me sobra y que a lo largo de esta semana te contaré por qué.
El caso es que ya tengo casa nueva, los muebles casi todos colocados a falta de algún auxiliar, pero me he dado cuenta de una cosa fundamental, ¡que no tengo cabecera!. Fijándome en otros blogs veo que la cabecera, es decir, el logo o imagen que preside la página es en un porcentaje muy alto lo que define el estilo del blog, la primera toma de contacto con quien escribe y su sello de indentidad, y yo…no tengo. La foto que puse en este que se ve borrosa tras el título fue algo provisional, aunque como tantas cosas momentáneas ahí se fué quedando. Pero ahora…ahora que quiero poner esto un poco mono no me gusta, así que ahí estoy, buscando qué poner porque conociéndome, se que se quedará como cabecera del nuevo blog por los tiempos de los tiempos.
Ese es el motivo por el que aún no he hecho la mudanza completa, porque si pedía a Webempresa que realizara la migración, ya no habría vuelta atrás. Me voy a dar de plazo esta semana, sino, pasaremos al nuevo blog a la espera de encontrar la imagen ideal.
P.D. Si estos días ves cosas raras en esta página, cambios de colores, de formas o de distribución, no te asustes, ¡es que estoy de obras!