Hace un tiempo ya, estábamos varios amigos en una comida cuando salió un tema a relucir: el de la educación sexual que reciben los niños en los colegios. El caso era que en la escuela al que acudía el hijo de unos de nosotros, había un pequeño caos en la cabeza de los chavales y también, en la de los padres. Un día, una de las clases de infantil, a la salida los niños comentaban alegres que podían tener novio o novia, independientemente de su sexo, porque cada uno tenía de novio a quien quería. Así que al salir de clase, Fulanita le decía a su madre que la gustaba Menganita y que quería ser su novia, o Pepito, interrogado por su padre, informa tan campante que le gustan tanto Manolita como Manolito, y que va a salir con los dos.
Ante esta situación, en la mesa que reposaban los platos ya vacíos, comenzamos a dejar cada uno nuestra opinión al respecto. Como en todo buen grupo de amigos, hubo de todo, con respeto, risas y bromas, y sobre todo, con opiniones muy dispares. Al final del debate, más interesante que el de las tardes de Telecinco, podemos decir que quedaron básicamente dos posturas enfrentadas:
1- No hay que liar a los niños. No hay que darles tantas explicaciones ya que podemos confundirles, y no sabrán lo que pensar. Ya tendrán tiempo cuando sean mayores de saber los diferentes tipos de pareja, amor, uniones que hay o puede haber y de elegir cual es el que más le gusta para ellos. No hace falta explicarles tanto detalle porque es algo que van a aprender.
2- Está bien que desde pequeños aprendan que hay dferentes tipos de relaciones, que no sólo es válido el hombre-mujer. Así, a medida que se hagan mayores verán las cosas con absoluta normalidad.
Hubo un tercer grupo, el de los indecisos que se abstenían, ya que comentaban que todo dependía del contexto en el que hubiera surgido las explicaciones y la manera en que se habían hecho.
Si te estás preguntando a que grupo defendía yo, te diré que al segundo. Pero también te diré que éramos minoría. Y es que creo que es sano que los niños hoy en día entiendan que cada uno es libre de amar a quien prefiera. Creo que si lo viven como es, una cosa natural, desde pequeños, dentro de unos años habremos ganado mucho en tolerancia y respeto al no tener que dar explicaciones que cosas que considero son normales. Además, no creo que el decirle a un niño de la edad que sea, aunque recuerda que en este caso concreto estábamos hablando de niños de infantil, que puede elegir a quien amar sea algo malo. La personalidad se va afianzando con las experiencias, pero también la conforman los gustos y las opiniones. Apoyando estos gustos o decisiones de los chavales, ayudamos a que se refuerce su seguridad, la confianza en sí mismos, al saberse respetados y aceptados, queridos sea cuales sean sus decisiones.
Además, ahora, con el paso del tiempo y haciendo memoria, puedo recordar muchos casos en los que pequeñajos que he conocido han gritado en su tierna infancia a los cuatro vientos que su novia era mamá o que de mayores se casarían con papá, cosa que a los progenitores les hinchaba como pavos y hacía que se les cayera la baba a manos llenas. En estos casos, no nos preocupábamos de crearles confusión, ¿por qué decirles que pueden amar a quien quieran o decidir quién les gusta va hacerlo?. Opino que el mal pensamiento está en nuestras cabezas, ya que un niño no va a ver las mismas connotaciones sexuales que nosotros en la afirmación de que le gusta Pepito o Pepita como novi@. Mucho tengo que cambiar para que en el futuro, si me encuentro con esta situación cuando el Miniser acuda a la escuela, me importe, moleste o preocupe que un día salga diciendo que tiene tres novios o tres novias. O eso creo ahora, ya te contaré.
Al final el debate quedó empate, a falta de saber la opinión de los indecisos que preferían no opinar sin saber cómo se había desarrollado la exposición del tema. Decían que todo dependía de cómo y por qué esa profesora había decidido explicar con detalle los tipos de relaciones a niños tan pequeños.
Ojocuidao que no entramos en ningún momento a decidir si estaba bien o mal que cada uno ame a quien quiera independientemente de su sexo, que quede claro que en este punto, todos estamos de acuerdo que cada persona es libre de acostarse y sentirse atraído por quien le de la gana. El debate fue sobre la decisión de aquella maestra a explicárselo a sus alumnos, sin contar con la opinión de los padres.
Y tú ¿qué opinas?