Mutación Maternal

Cuando te conviertes en madre, tu cuerpo sufre múltiples transformaciones. Las caderas se ensanchan para facilitar el trabajo de parto, los senos se hinchan, tu nariz desarrolla un potencial hasta entonces inimaginable, tus tobillos acumulan líquido suficiente para regar todo el Sáhara… Seguramente puedas describir mil cambios más que sufriste, que sufrió alguien a quien conoces. De la interminable lista de trasnformaciones maternales hay quien apenas es rozada por una de ellas y quien se lleva todo el kit completo de cambio de cuerpo. Pero además de estas modificaciones físicas, hay otro tipo de cambios. Psíquicos, emocionales y anexos. Con los anexos me refiero a los cambios que no se producen en tí, sino en personas y elementos de tu alrededor, como por ejemplo, tu coche. Porque sí, si eres madre y tienes coche, es muy probable que él también haya sufrido el síndrome del coche-trastero. 

Así de mona ibas con tu coche antes.

Así de mona ibas con tu coche antes.

A medida que el embarazo avanza, te sientes más pesada y vas dejando cosas en el coche acompañadas de las palabras «ya lo cogeré mañana». No te apetece cargar con la bolsa de la compra tan llena así que dejas en el maletero ese bote de detergente que no necesitarás hasta pasadas unas semanas porque aún tienes en casa. Otro día de calor sofocante, para tí, porque los demás van con bufanda, prefieres dejar la chaqueta en el asiento de al lado ya que «total, mañana voy a usarla y si la dejó aqui, asi no se me olvida». Estos pasos, previos al nacimiento del churumbel, son el curso de preparación al retoño que recibe nuestro coche. Así, va asimilando lo que se le avecina.

Una vez somos madres, la cosa empeora. No podemos cargar con el maxicosi, la bolsa que nos traemos de casa de la abuela con tuppers (vacios o llenos, depende de la situación), alguna comprilla que ha caído y el bolso que si antes ya pesaba, ahora parece que contiene las mancuernas del gimnasio aquel al que solíamos acudir. La criatura va creciendo, y el síndrome de coche -trastero se agrava.

El coche no sólo te lleva y te trae, sino que se ha convertido en un armario empotrado donde guardas el triciclo, las raquetas que nunca quiere usar, el balón que te encontraste en un bar y nadie reclamaba, la sillita, el bote de detergente que finalmente nunca subiste a casa porque hasta ahora has sido incapaz de volverlo a encontrar en ese maletero infernal. Pero la peor parte no se la lleva sólo el maletero, nooo. Los asientos traseros se han convertido en un laboratorio de muestras, donde puedes encontrar desde un muñeco descabezado al que diste por emancipado hace meses, hasta un trozo de patata del cretácico que si la dejas un poco más ella sola rebrota y te da para una ensaladilla. Y es que ya no tienes tiempo para lavar esa joyita que antes lucías y con la que tan buenos tiempos compartiste (y no me refiero a ese tanga guay ;)). Tu coche ya no recuerda lo que es un aspirador, y las costuras de los asientos se han vuelto indestructibles tras ese recubrimiento hermético de migas de pan y gusanitos. Vamos, todo un kiosco desmenuzado en las alfombrillas. Menos mal que los coches no pasan inspecciones de Sanidad porque si no, nos le precintan. 

Y así acechan los nuevos inquilinos de tu trastero, digo, coche

Y así acechan los nuevos inquilinos de tu trastero, digo, coche

El que no precintarán es el del padre, que habitualmente está limpio y reluciente. En su coche no se come, los juguetes no se quedan hasta mañana. Si en una familia hay dos coches, el 99% de las veces adivinarías cual es de la madre y cual el del padre,  ¡y eso sin abrir el maletero!. Miedo me da ahora que además, comienza la temporada de playa. Seguro que al final de verano, medio ambiente nos comunica que pasemos por un punto limpio a dejar las toneladas de arena que hemos ido acumulando en nuestro coche para volver a rellenar los arenales.

Tiene razón mi madre, mujer observadora y categórica, cuando el otro día se reía de las madres con coche que nos preocupamos si los niños comen algo que se les ha caído al suelo pero no de si se les ha caído en el coche, ¡con lo que hay ahí dentro!. La parte buena de su reflexión, es que así, tenemos a los niños inmunizados.

 

25 pensamientos en “Mutación Maternal

  1. jaja, fíjate que yo creo que el tema coche-trastero es más por el hecho de ser mujeres que por ser madres,jaja… Lo que sí es cierto, como hace tiempo comentaba en un post, es que con niños la suciedad se triplica y las migas de pan, galletas y vete a saber qué más, podrían dar vida a una nueva comunidad de seres vivos tipo hormigas,jaja… Pero diría que las mujeres somos mejores para conducir pero que le damos poca importancia al cuidado del coche… es que no se puede estar a todo, mujer!!!!

  2. Jaja me ha encantado tu post! Y lo de la ensaladilla… Jajaj nosotros solo usamos el coche el finde y no todos, por suerte podemos ir andandito a todas partes… Peero he visto los coches de mis cunados… Madre! Podrian emanciparse al coche los nenes! Un abrazo

    • Que suerte usarle poco!! Mi ciudad no es muy grande, pero me he acostumbrado a él y ya sabes, además, a veces aunque sean distancias cortas si llueve me da pereza ir andando..Así le tengo al pobre coche!!

  3. jaja cuánta razón!!!
    Lo de las chaquetas….yo no tengo una, tengo varias, cuándo no las encuentro en el armario ya sé dónde están.

    Yo siempre dije que en mi coche no se come… pues hay gusanitos repartidos cómo para llenar una bolsa! Para lo que hemos quedado…

  4. Madre mía!! Cuánta verdad en tus palabras!!
    Chaquetas, botellas de agua que se van acumulando, paquetes de toallitas, bolsas con cosas para devolver… qué desastre!!!

  5. Yo llevo las bicis en el maletero, los babis del cole en el asiento del copiloto y en los asientos traseros entre las dos sillas esta mañana tenía seis coches de Rayo Mcqueen aparcados, una araña de goma y un silbato y bueno siempre hay algunas galletas de dinosaurios en cualquier rincon…

  6. Jaja..!! pero si no tenemos coches,tenemos caravanas….dios mio lo q nos cabe…ya has visto el mio,el maletero parece «trocatlon» y la parte de atras…tiene vida ya..
    Compras,playa,…..nuestros coches lo aguantan todo.Ademas..no me importa
    Eso si,el del padre inmaculado
    Besosss

    • Es lo importante, que no nos importe porque si no sería una tortura diaria. El del padre es como antes la ropa de los domingos,siempre habia que cuidarla y mantenerla limpia!! jajajaja.

  7. Pues para este caso no hay nada mejor que un perro-aspiradora, ¿qué es un perro-aspiradora? Pues la mía se llama Dana, se mete solita en el coche,sin ser invitada, y aspirando todo rastro de alimento que quede hasta que deja el coche impecable jajaja

    Bss

    • Jajajaja, pues igual te la pido prestada algún día!! Lo malo que en el mío lo que más abulta es la cantidad de trastos que voy dejando, más que las migas, que este es tan zampón que tampoco te creas que deja muchas! ;).

  8. Mira tú por donde que yo suelo ir a pasar la ITV pidiendo disculpas por lo puerco que tengo siempre el coche (como si al mecánico de turno le importara lo más mínimo mis hábitos de higiene), con lo cual si ya está así de origen ¿me estás diciendo que la bichilla me lo va a poner aún peor? Eso no puede ser posible: o limpiamos el habitáculo o no cabremos nosotras dentro.

    • Jajajaja, yo en la ITV me pongo nerviosísima, y les cuento que el coche no es mío, que es de mi suegro y me ha pedido que se la pase!! Por si me ven torpe/coche guarrete/no acierto a encontrar las palancas/etc.. Y te diré, que el mío antes del Miniser tampoco era referente de orden y limpieza, pero desde su llegada no recupero puntos ni loca!!

  9. Sí!!! yo cada quince días tengo un ataque de limpieza porque me entra remordimientos ver mi pobre auto de esa manera. Y saco una bolsa llena de cromos, pegatinas, zumos vacíos, toallitas, restos de galletas…. mi padre el pobre ni mira, por si acaso. jajajajajajaja

    • Pues ojalá me dieran a mí esos remordimientos, que sí, que a veces me dan, pero siempre encuentro algo más importante-apetecible que hacer que ponerme a limpiar el coche, y es que su mantenimiento es tan poco agradecido… A tu padre le entiendo, hace como mi madre, se sube sin mirar mucho para atrás, jajajaj, pobres…

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