Enoturismo para padres

Llevo poco con el blog, pero me he fijado que casi todos los post en los que recomiendo algo que he descubierto o me han aconsejado, son orientados a los niños. De acuerdo que es una de las ideas principales del blog, hablar sobre productos o ideas que a mí como madre me gustan para el Miniser, por verlas prácticas, originales, educativas o divertidas, entre otras cosas. Pero otra de las ideas que  estaban presentes cuando empecé a dar forma a este asunto, era ofrecer también alternativas interesantes, productos de los que decimos «lo necesito», o simplemente, «no lo necesito para nada pero LO QUIERO para mí», o cualquier otra cosa que sea útil para nosotros como adultos, no sólo como padres y madres, porque aunque a veces se nos olvide, seguimos siendo personas. Esta filosofía, la de seguir siendo la misma, es la que me impulsó a participar en un concurso que a pesar de haber finalizado hace tiempo y no haber ganado en él el premio que ofertaban, me dió mucho más de lo que creía en un principio, me regaló el proyecto de este espacio en el que cada día me siento más a gusto.

Así que para todos esos padres y madres que aún con todo, y con todos, seguimos siendo personas con aficiones, con gustos por la diversión para mayores y amantes del disfrute en ocasiones libre de niños, hoy os hablo de una actividad que tanto a mí como a mi Manfriend nos apasiona: probar vinos. Dicho así pareceremos dos borrachillos, pero maticemos. No me refiero a ir por el lineal del súper cogiendo una botella de cada para probar, ni entrar en un bar y pedir cinco vinos diferentes, eso tampoco. Me refiero al hecho de realizar, de vez en cuando, visitas a bodegas, donde te explican su historia, su método de producción, y te ayudan a saber apreciar un poco más su producto, normalmente con una mini cata en la que con un par de consejillos rápidos puedes sacar más provecho a la experiencia.

Pues bien, desde la llegada del Miniser hemos ido a una bodega, coincidiendo con el viaje que hicimos a Cádiz, visitamos unas muy famosas en el Puerto de Santa María. Estuvo bien, pero claro, con niños, no es lo mismo. Durante la visita si es seria y formal, se agobian/aburren y pueden ponerse a llorar sin dejar escuchar a nadie la explicación del guía. Aunque esto no lo digo por el Miniser que era muy chiquitín y se portó como un rey en su sillita, lo digo por otros dos niños más mayores que claro, esa actividad no era para ellos. Y con su comportamiento me hicieron pensar, e investigar. Hasta que dí con estas bodegas aptas para todos los públicos.

Puede que te apetezca desconcetar un poco de tu papel p/maternal y no te importe escaparte un fin de semana dejando a los retoños a cargo de abuelos o demás familiares, entonces no tienes problemas para ir donde quieras. Pero, si en cambio, prefieres hacer algo de adultos en pareja, pero solo un rato, y no te compensa alejarte 2 días de tus herederos, si te gusta compartir las actividades que te divierten con tus pequeños o también, si no tienes la opción de dejar a nadie al cargo de la prole, estas bodegas te proponen unos planes alternativos bastante interesantes.

Al fondo,Tempranilla

La primera opción es La Ruta de la Garnacha, donde las Bodegas Ruberte, en Magallón, te ofrecen una visita guiada por sus intalaciones de la mano de «Tempranilla», un rácimo de uva muy pizpireta que os mostrará los secretos de esta bodega. Al finalizar la visita, os esperan juegos para todos, para sacar de las uvas, su máximo provecho. Toda la información la puedes encontrar aquí. Además de estas bodegas, la Ruta de la Garnacha te ofrece muchas más actividades, desde ver los viñedos a caballo, o con trineos de perros, o a toda velocidad en un segway, vivir un taller de los sentidos, disfrutar de los viñedos a la luz de la luna y mucho más que hará disfrutar a toda la familia de esta encantadora tierra aragonesa que acoge la D.O. Campo de Borja. Tal vez tenga predilección por esta tierra maña, pero la verdad es que es una delicia rodearte de sus paisajes y sobre todo, de sus gentes.

Si te va más la D.O. Rioja, por esa zona puedes encontrar la posibilidad de disfrutar durante tres horas de una jornada enóloga en toda regla, viviendo desde que se planta la cepa hasta que termina el proceso de embotellado. Los más pequeños podrán experimentar cómo se amasa la uva, etiquetar de manera personalizada su propia botella de vino e incluso beber de la bota, eso sí, mosto fresquito. Pero se harán expertos de este líquido porque así como los adultos tenemos catas de vinos, ellos podrán realizar una cata profesional de mostos. ¿Te ha gustado esta opción? Pues tienes toda la información en Riojatrek.

Tallando un minibarril

Otra alternativa en La Rioja es visitar las Bodegas Cvne, donde disponen de ludoteca y talleres especiales para que los niños dejen volar su creatividad y durante el tiempo que los adultos visitan las instalaciones y degustan los caldos, los más pequeños sacan su vena de artistas decorando barricas, realizando manualidades con corchos o simplemente se divierten en la sala de juegos donde un monitor les acompaña en todo momento. ¿Te gusta la opción? Entonces visita su página para tener toda la información.

Donde los niños podrán elaborar también su propio mosto tras la visita guiada, a la vez que los adultos disfrutan de una degustación de vinos y aperitivos manchegos, es en las Bodegas Castiblanque. Aquí, la visita denominada «En Familia», nos ofrece esto y una actividad añadida que es un taller gastronómico con la preparación y degustación de platos típicos de la zona. Para conocer mejor su oferta entra en su enlace .

 

Con todo esto, ¿te animas a embriagarte de diversión en familia?